Pueblos en Palma

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AYUNTAMIENTO DE PALMA


El periodo comprendido entre los siglos V y IX es conocido por la historiografía como el de los siglos oscuros. Con todo, de este periodo se tiene documentada la llegada de una comunidad judía en Mallorca, lo permaneció en Palma a lo largo de los períodos sucesivos de la historia de la ciudad.

En el año 902 las Islas Baleares fueron incorporadas en el emirato omeya de Córdoba. En un principio la sociedad andalusí ocupó la ciudad romana, que ahora tomaría el nombre de Madina Mayurqa. En el siglo X se dotó la ciudad de una red hidráulica a partir de la canalización del agua proveniente de una fuente (la fuente de la Villa), a seis kilómetros de los muros de la ciudad. También se construyó un alcázar dentro la Almudaina. La ciudad sufrió un aumento demográfico importante, lo que provocó el crecimiento de la ciudad más allá de las murallas romanas. Por este motivo, a principios del siglo XI se ejecutó un ambicioso proyecto que ensanchó considerablemente la ciudad y la rodean en una nueva muralla. Esta nueva ciudad corresponde a lo que hoy denominamos Ciudad Antigua. En 1114 se produjo la razzia pisanocatalana que destruyó buena parte de la ciudad. Sin embargo, Medina Mayurqa se reconstruyó hasta que en 1229 las tropas del rey Jaime I conquistaron Mallorca.

La conquista de la isla por parte del rey de Aragón significa un antes y un después en la historia de Mallorca y, por extensión, de las Islas Baleares. Es a partir de 1229, con la creación del Reino de Mallorca, cuando se sientan las bases de la sociedad mallorquina actual: la religión, la cultura, las instituciones, las costumbres, la lengua... Medina Mayurqa pasó a denominarse la ciudad de Mallorca. En 1249 se organizó toda la isla a partir de un gran municipio llamado universidad. Las autoridades ejecutivas de este nuevo gobierno fueron denominados jurados. Ya en el siglo XIV, los jurados disfrutaron de un consejo asesor que con el tiempo se convirtió en el Gran y General Consejo. Durante la edad media y la edad moderna la ciudad de Mallorca creció lentamente dentro de sus propios muros. El asalto al barrio judío de 1391, el acoso de los agricultores durante la Revuelta Foránea de 1450 y las Germanías de 1521, en la que agricultores y artesanos se hicieron con el poder del Reino, son los hechos belicosos más destacables, los cuales se pueden añadir episodios puntuales de enfrentamientos entre las diferentes bandos-lo que hoy llamaríamos luchas clánicas-.

En 1715 las tropas borbónicas del rey Felipe V entraron en la ciudad, los jurados de la que se habían declarado a favor del archiduque Carlos. Este hecho provocó la aprobación del Decreto de Nueva Planta, en virtud del cual desaparecían las instituciones civiles que desde el 1229 habían configurado el Reino de Mallorca. Se recuperará el nombre antiguo de Palma, que sustituyó al de la ciudad de Mallorca. Administrativamente la ciudad se organizó a partir del modelo castellano. Se creó el Ayuntamiento de Palma, el cual heredó la casa de los Jurados y del Gran y General Consejo, con su mobiliario, del que destaca especialmente la galería pictórica de los hijos Ilustres de Mallorca.

Durante la Guerra del Francés (1804-1814) Mallorca no fue escenario de ningún campo de batalla, sin embargo esto no quiere decir que en viviera al margen. Palma se convirtió refugio de muchos peninsulares. La ciudad se llenó de gente de todo tipo y condición. A pesar de este repentino incremento de población, Palma siguió creciendo intramuros. Sólo arrabales como Santa Catalina o el Molinar extendían tímidamente. No es hasta 1900 que Palma aprobó el Plan Calvet de urbanismo, a partir del cual la ciudad se ensanchó mucho más allá de sus muros defensivos. En 1902 se inició el derribo de las murallas, con lo cual empezó a ensancharse la ciudad, proceso que sólo se interrumpiría dramáticamente durante los desgraciados años de la Guerra Civil. Hacia la década de los años cincuenta del siglo pasado la industria turística se desarrolló con fuerza y llegó a ser el primer motor de la economía isleña. Cuando a finales de los años setenta se recupera el sistema democrático en España, Palma ya es una capital turística inmersa en un proceso modernizador y se vuelve a producir un importante crecimiento urbano que se ha alargado hasta casi la primera década del siglo XXI.

Palma es una ciudad viva, acogedora y cosmopolita. Abierta al mar, su fachada marítima manifiesta un enorme poder forjado a través de los siglos, con la Lonja, el Palacio de la Almudaina, la Catedral y el Faro de Porto Pi (el tercero en activo más antiguo del mundo). Pero más allá de su valor histórico, en su interior late el ritmo frenético de una urbe moderna y dinámica, que lucha por mantener su prestigio como destino de referencia en el Mediterráneo.

Cultura, patrimonio, gastronomía, compras, ocio, sol y playa Palma gusta y está de moda. La oferta es variada y de calidad, capaz de satisfacer el paladar más exigente de quien la escoge como destino para sus vacaciones, tanto de verano como de las escapadas de fin de semana o "city-break' que han conseguido romper la estacionalidad.

Pero Palma tiene otros atractivos que la hacen todavía más irresistible, el deporte y la naturaleza. Dos incentivos que, junto a unas condiciones climatológicas inigualables, convierten la capital balear en un objetivo prioritario para miles de visitantes, especialmente europeos. Dentro del municipio se albergan joyas como la Sierra de na Burguesa, el bosque de Bellver o el Parque Nacional Marítimo Terrestre de Cabrera, espacios naturales y públicos que permiten la práctica de deportes al aire libre, como el senderismo o la bicicleta de montaña, o el simple y sencillo placer de la observación del paisaje, con su fauna y flora autóctona.

Además, existen eventos deportivos que, repartidos a lo largo del calendario, dinamizan la ciudad y la proyectan al exterior. La Palma Maratón, la Mallorca Challenge Ciclista (que ya ha llegado a su vigésimo quinta edición), la Copa del Rey de Vela y el Trofeo de Vela Princesa Sofía congregan miles de deportistas de primer nivel que, gracias a su talento y atractivo mediático, acaban por convertirse en embajadores de nuestra ciudad.

Palma es una ciudad hospitalaria y educada. Gracias al esfuerzo compartido de ciudadanos e instituciones, conseguimos mantener su imagen y mejorarla, si cabe, en limpieza y seguridad. Porque esta ciudad quiere ser un referente turístico internacional. Por su posición estratégica en el Mediterráneo, a una hora de vuelo de las principales capitales europeas, es un objetivo prioritario para aquellos viajeros que buscan vivir experiencias, en contacto con el patrimonio y el entorno natural, y más allá del sol y de la playa.

VISITA AL AYUNTAMIENTO DE PALMA

CORT ABRE LOS DOMINGOS

  • Domingo, puertas abiertas en el Ayuntamiento de Palma
  • A las 11h (visita en catalán) y a las 12 h (visita en castellano)
  • Cada quince días la visita de las 12h será en inglés.

IMPORTANTE: Se requiere cita previa. Grupos limitados.

Inscripciones
Teléfono: 618 914 517 (horario de reserva de 9-17h)

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PUEBLOS DE MALLORCA


Mallorca es una isla que está compuesta por varios municipios, algunos de ellos son pueblos increíbles

Los pueblos de Mallorca son una parte muy importante del encanto de la isla, ya que son los lugares perfectos para descansar y desconectar. Visitar estas pequeñas poblaciones es la mejor forma de conocer en profundidad las costumbres más arraigadas de Mallorca.


Los pueblos de Mallorca son diferentes unos de otros,

es por eso que no podemos dejar de recomendarte que visites tantos como puedas. En el norte de la isla encontrarás pequeños pueblos entre las montañas, lugares perfectos para perderse por sus callejuelas. En cambio en la parte sur encontrarás pueblos de Mallorca completamente diferentes, de pescadores y de gente de mar. Estos lugares son el sitio idóneo donde disfrutar de la deliciosa comida mallorquina frente al mar.