Pueblos en Montuïri

Pueblos
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AYUNTAMIENTO DE MONTUÏRI


Montuïri, tierra de molinos, vinculada históricamente a la producción cerealista y harinera, presenta una importante combinación de cultura, patrimonio y tradición. Este hecho lo convierte en un lugar de visita obligada para todo aquel que quiera conocer la vertiente más tradicional de esta isla rodeado de un entorno natural rural de singular belleza. 

Pese a la lógica evolución social de los últimos años, Montuïri continua siendo un pueblo con una fuerte presencia agrícola, un hecho que ha permitido mantener el paisaje de su entorno, que des de hace siglos ha estado marcado por las ricas tierras de cultivo. Estos cultivos son en su mayor parte de secano, destacando los cereales y la viña, pero también podemos encontrar de regadío, que se apoyan en sencillos sistemas hidráulicos. 

Esta tierra cerealista necesitaba de ingenios que permitieran la transformación del trigo en harinas comerciables. Así fue como se optó por la energía más económica que se tenía al alcance: el viento. De este modo, decenas de molinos de viento son abastecidos a lo largo de todo el municipio y también en el entorno urbano, configurando la característica silueta de Montuïri. 

La singularidad de su núcleo histórico, juntamente con la interesante oferta patrimonial de que dispone, consolidan Montuïri como un referente territorial de calidad. 

Montuïri es un auténtico testimonio del legado que han dejado las distintas civilizaciones que han pasado por él a lo largo de la historia, desde el mundo talaiótico hasta la actualidad de la Mallorca turística. 

Visita y descubre este lugar especial donde la tierra ensarta el cielo.


QUÉ VER EN MONTUÏRI
Arqueología, arquitectura con evidentes vestigios medievales o cultura tradicional, son tan sólo algunas de las posibilidades que nos ofrece Montuïri. Lugares para visitar, paisajes para disfrutar y tradiciones que deben vivirse son los principales reclamos que nos harán querer conocer Montuïri de muy cerca. 

En en termino municipal de Montuïri podemos identificar 5 áreas claramente diferenciadas:

1. El Museo y el Yacimiento de Son Fornés
Montuïri, tierra de molinos, vinculada históricamente a la producción cerealista y harinera, nexo del cual es testimonio el yacimiento arqueológico de Son Fornés, un yacimiento de titularidad pública de más de 3 hectáreas de extensión, excavado cerca de un 15 % del total. Está situado en la carretera Ma-3200 que conduce a Pina, a 2.5 kilómetros del casco urbano. 

Desde el año 1975, se han llevado a cabo numerosas campañas de excavación bajo la dirección de la Universidad Autónoma de Barcelona que han dejado al descubierto un trazado de arquitectura monumental de más de 1.500 metros cuadrados, totalmente restaurado y visitable. 

Podemos observar las transformaciones urbanísticas de un poblado desde su núcleo megalítico (con el talaiot más grande de Mallorca, de 17 metros de diámetro y más de 4 metros de altura conservada), hasta el área central, donde a su vez encontramos dos santuarios “gemelos” de época romana. Estos edificios articulan un entramado de calles que conducen a un sistema de evacuación de aguas único en el registro arqueológico isleño. 

El molí des Fraret, un molino de harina del siglo XVIII, alberga el museo arqueológico de Son Fornés (2001). Un museo monográfico centrado en el yacimiento de Son Fornés donde podemos ver, a lo largo de un recorrido por tres salas expositivas, una buena muestra del material original recuperado en las excavaciones realizadas en el yacimiento (vajilla cerámica, utensilios de hueso, herramientas de piedra y objetos de bronce y hierro), testimoniando un amplio período de la prehistoria de la isla de Mallorca a lo largo del primer milenio antes de nuestra era, haciendo especial hincapié en la etapa megalítica (900-550 ane). 

Yacimiento y museo ofrecen visitas guiadas durante todo el año y forman parte del itinerario “Visita turística a la Mallorca prehistórica y tradicional”, un recorrido que además incluye un molino de harina y una casa de arquitectura tradicional mallorquina.

2. La plaza Vella y la calle Major
Montuïri se constituyó Villa el año 1300 mediante una Carta de Población otorgada por el rey Jaime II. Siguiendo las Ordenazas de este monarca, el núcleo urbano se estructuró de forma regular partiendo del eje que conectaba los dos asentamientos primitivos de la zona más elevada de la colina, conformando las calles Major y Pujol. Paralela y   perpendicularmente se trazaron las demás calles dando como resultado el característico “Quadrat”. 

El núcleo antiguo del pueblo es un excelente ejemplo de urbanismo medieval de los siglos XIV-XV. 

En el carrer Major se sitúan las principales casas de interés patrimonial. Al inicio, a mano derecha y por encima del nivel de esta vía, encontramos las casas rurales de la posesión de Son Rafael Mas, de la cual cabe destacar el gran portal conformado con arco de medio punto y enjutas. 

Por la escalinata del callejón de Son Rafael Mas subimos hacia la plaça Vella, ubicada en un terreno muy rocoso. Este emplazamiento se encuentra ya documentado a principios del siglo XIV como plaça de la Carnisseria y, posteriormente, con otras denominaciones como la plaça del Mercat, d’en Roca o de sa Quintana. 

El centro de la plaza fue ocupado por dos isletas de casas establecidas en el siglo XVI que determinan su estructura actual y conserva algunos de los edificios más antiguos con elementos característicos de la arquitectura tradicional, como son portales con arco de medio punto, ventanas en los techos para entrar la paja, cornisas de teja, gárgolas, etc. 

En un rincón de este pequeño cuadrado se levanta un edificio singular, el del médico Miquel Ferrando Obrador (primer tercio del siglo XX), de estilo regionalista y diseñado por el arquitecto Guillem Forteza. Además de la construcción, cabe destacar el jardín, con interesantes elementos modernistas.

3. La Plaza Major
La plaça Major era la sede de la antigua Universidad local. Actualmente encontramos el Ayuntamiento y el conjunto de edificios parroquiales. 
La construcción de la iglesia de Sant Bartomeu se inició en los primeros años del siglo XIV. En 1515 se reformó la cubierta y en 1552 se emprendió la construcción del campanario. A finales del siglo XVI y principios del XVII el templo fue ensanchado y alargado, y en siglo XVIII se construyeron las bóvedas de las capillas y el presbiterio. 

La iglesia se levanta ante una explanada principal adoquinada, con acceso por la escalinata llamada els Graons (1813). Actualmente, a la derecha de la explanada encontramos el busto dedicado al padre Antoni Martorell i Miralles (Montuïri, 1913-2009), eminente músico de reconocida fama mundial, declarado hijo ilustre de Montuïri en 1985. Al otro lado, a la izquierda, se levanta la casa conocida como Ca s’Escolà (1553), antiguo edificio funerario hasta el año 1823, en que el cementerio se trasladó a las afueras del casco urbano. 

La Rectoría (siglo XVII) es un bello edificio con elementos góticos, de dos plantas y cubierta a dos aguas. 

La plaça Major es escenario de dos actividades arraigadas en el corazón de los montuïrers y montuïreres: 
  • La celebración del patrón de la Villa, Sant Bartomeu
  • La Fira de sa Perdiu
Los lunes se concentra en la plaza el mercado semanal de productos artesanos y locales y el de frutas y verduras.

4. El Molinar
Es Molinar, la parte más antigua y elevada del pueblo, comienza en la plaça de Ses Tres Creus, así denominada por tres cruces de madera integradas en la pared de una casa. En medio de la plaza encontramos una cruz de término, la creu del Calvari (siglos XVII-XVIII), de piedra, levantada sobre una base en forma de dos escalones de planta circular. Llamada antiguamente plaça de la Quartera, era el escenario donde se vendían y compraban los cereales y las legumbres. 

En esta área ya está documentada, hacia el año 1248, la existencia de una iglesia dedicada a Santa María y una rectoría que posteriormente, con la formación de la Villa siguiendo las Ordenazas del rey Jaime II, sería reemplazada por la actual iglesia de Sant Bartomeu. 

El carrer des Molinar era una vía de salida del pueblo. Gracias a su elevación se convirtió en el lugar idóneo para la instalación de los molinos de viento harineros. Éstos devinieron una herramienta imprescindible en la vida de los pueblos en el período de crecimiento económico del siglo XVII. La fuerza del viento que movía las aspas posibilitaba la molienda del cereal que poco antes había sido cultivado en las fértiles tierras del municipio, proporcionando harina con la que elaborar el alimento fundamental: el pan. 

La dedicación agrícola continuó presidiendo la vida de Montuïri durante los siglos XVIII y XIX. Con la llegada de la electricidad al pueblo, los molinos fueron relevados por las industrias harineras mecánicas. 

En el carrer des Molinar se conservan ocho molinos: d’en Vermell, d’en Nofre, d’en Serra, d’en Ferrando, d’en Perons. Y, situados al final de la calle empedrada, los de n’Andreu, d’en Tevet y d’en Rigo. 

El molino d’en Ferrando forma parte de un edificio público de nueva construcción, Es Molinar, con una gran explanada al aire libre que permite disfrutar de la espectacular vista del entorno natural.

5. Entorno natural
El término de Montuïri responde a la clásica morfología de la comarca del Pla de Mallorca de campos extensos donde predomina, aún ahora, una fuerte tradición agraria de tipo cerealista con pequeñas explotaciones familiares.  

Pero también rompen la monotonía de la llanura los cerros, como aquél en el que se alza el pueblo o el del puig de San Miquel. Además, en las áreas montañosas se encuentran numerosas cavidades naturales. 

El entorno queda conformado por la construcción de elementos tradicionales relacionados con el agua que han permitido los diversos cultivos de extensos campos, como sumideros, acequias, torrentes, márgenes o norias, siempre utilizando la piedra en seco en las construcciones. 

Por otra parte, en unas tierras donde las precipitaciones no son abundantes ni las fuentes caudalosas, sólo los pozos podían garantizar durante los meses secos del verano el abastecimiento de agua. En cuanto a los pozos públicos permanecen cinco: el de Sa Cova, el des Dau, los pozos des Torrent y d’en Socias y, el más destacado, el pou del Rei (carretera de Montuïri a Pina), el cual con los lavaderos anexos conforma un conjunto destacable. 

Entre los molinos de harina en el campo, destacan el de’n Fraret (sede del museo arqueológico de Son Fornés), el d’en Gospet, el de la posesión de Son Manera, el de Can Comelles, el de Son Costa y el de Can Socies, entre muchos otros. 

El puig de San Miquel, zona declarada Área Natural de Especial Interés (ANEI), se convierte en un espléndido mirador desde donde podemos contemplar los llanos y las colinas que constituyen el paisaje Montuïri. En la cima encontramos la ermita de la Virgen de la Bona Pau (1396). A este lugar, los montuïrers i montuïreres suben anualmente, el martes siguiente a Pascua, para celebrar el Dia d‘Es Puig. Una festividad de arraigada tradición.


FERIAS Y FIESTAS DE MONTUÏRI

  • Cossiers
Verano tras verano, durante las fiestas de celebración del patrón de la villa, las fiestas de Sant Bartomeu, los cossiers de Montuïri bailan en tres únicas ocasiones al año. 
Esta danza documentada desde 1821, aunque se tiene la convicción de que es mucho más antigua, constituye un símbolo de identidad local, y es la única agrupación de la isla que se ha mantenido sin interrupciones a lo largo de la historia. 
Los cossiers de Montuïri fueron reconocidos en 2012 con el premio Ramon Llull por parte de la Comunidad Autónoma de las Illes Balears por mantenerse fiel al espíritu de la fiesta. Se trata de una danza colectiva, rítmica y entusiasta, llena de color y sensualidad, mediante la cual los cossiers llenan las calles de la villa. 
Sobre el origen del baile existen distintas versiones, pero la que podríamos considerar más acertada es la que hace referencia a su cualidad de fiesta pagana. Los hombres, representados por los cossiers, rinden homenaje a una mujer, es decir, a la feminidad, que simboliza la fertilidad, la madre tierra. La incorporación del Diablo es posterior y ya tiene connotaciones cristianas. Todos los bailes finalizan con el Diablo en el suelo y con la Dama pasándole por encima, representando la victoria del bien sobre el mal. 
El preludio de las fiestas de verano se da el 15 de agosto, día de la Mare de Déu Morta. Por primera vez al año, los cossiers de Montuïri, acompañados por el Diablo, hacen un recorrido por todo el núcleo urbano bailando delante de los comercios, tiendas i cafeterías. Después de dar la vuelta por las calles de la villa, los cossiers acuden a la plaza Major donde sobre un cadalso interpretan dos bailes más para acabar la actuación. Este día es común que el Diablo, después del baile o durante el recorrido, persiga a los jóvenes, que le provocan con gritos de “banya verda” (cuerno verde) entre otros.Sus componentes son seis más la Dama. Bailan con un brote de albahaca en la mano y acompañados por el fabioler. Se caracterizan por llevar un sombrero muy peculiar: es de palmito y de alas anchas giradas por los dos lados hacia arriba y va adornado con flores y figuras bendecidas. Los colores de los vestidos son el rosa, el verde y el amarillo en las faldillas, las fajas, las capas y los sombreros; los pantalones, las medias, las zapatillas y las camisas son blancas. También llevan cascabeles en las piernas y con las manos sostienen, además del brote de albahaca, pañuelos. 
La Dama lleva camisa y pantalones blancos con una falda floreada por encima. 
Otra figura del grupo es el Diablo, que va vestido con una especie de tela de trapo donde están dibujados motivos relacionados con el infierno. Su máscara, “sa carota”, es de grandes dimensiones y lleva dos enormes cuernos retorcidos. La antigua máscara se encuentra hoy expuesta en el ayuntamiento y posiblemente es de principios del siglo XIX. El autor se inspiró para su confección en la figura del Diablo que aparece en el antiguo retablo mayor o de Sant Pere. Actualmente el Diablo lleva una máscara copia de la original pero de menor peso. 
La tarde del 23 de agosto la plaza Major se empieza a llenar de gente que espera la salida de los cossiers y el Diablo del ayuntamiento, aunque este último aparece por donde menos se le espera. 
Desde la plaza Major, el grupo de bailarines se dirigen a la rectoría para acompañar a los sacerdotes a la iglesia para celebrar las completas, después vuelve a bailar por distintos puntos del pueblo seguidos por toda la gente. Este día también se producen las conocidas persecuciones del Diablo a los jóvenes, que se sitúan siempre delante intentando provocarle con la finalidad de que éste les persiga. 
Ésta acostumbra a ser la jornada de mayor afluencia de público de Montuïri i también llegado de fuera. 
El 24 de agosto, día de la festividad de Sant Bartomeu, la jornada comienza a las nueve de la mañana con la alborada al sonido de las “xeremies” sobre el campanario de la iglesia. A las diez salen los cossiers y el Diablo de la Casa de la Villa, bailan sobre el cadalso y sin más preámbulos, vuelven a iniciar un recorrido por todo el pueblo. Después acompañan a las autoridades hasta el oficio solemne donde bailan “l’Oferta” dentro de la iglesia i “es Mercansó” dentro del Ayuntamiento. 
Ésta es la jornada más íntima y donde mejor se puede contemplar esta danza. Sin la multitud de la tarde anterior, el Diablo no corre y el “cercavila” transita por las calles del pueblo de manera más tranquila. 

  • Fira de sa Perdiu
La feria de Montuïri, que se celebra cada primer domingo de diciembre, se recuperó a principios de los años ochenta del siglo XX y tiene desde sus orígenes un aspecto diferenciador del resto de ferias de la isla: el concurso de las perdices de reclamo. 
Este día, la plaza Major y las calles adyacentes de Montuïri se llenan con todo tipo de paradas con elementos tradicionales, productos artesanales, ecológicos y solidarios. También se celebran una serie de actividades como las exhibiciones de animales autóctonos (perros, ovejas, etc.) o muestras de productos agropecuarios e industriales, entre otros. 
Pero el plato fuerte de la Feria es el tradicional concurso de perdices, un evento que despierta gran expectación entre los habitantes de Montuïri y atrae a un numeroso grupo de gente de otras localidades, ya sean aficionados a la cría de este animal o a la caza en general. 
El programa de la Feria empieza días antes con diversas actividades culturales, cívicas y deportivas. En la vigilia de la Feria se lleva a cabo una gran torrada popular con actuaciones musicales. 

  • Festes des Puig
De las fiestas de Semana Santa cabe destacar dos días importantes: el mismo domingo de Pascua y el día del Puig que se celebra el martes siguiente. 

El domingo de Pascua 
El día de la resurrección de Cristo sale de la iglesia parroquial la procesión de “s’Encuentro” que lleva al niño Jesús. A pocos metros de la iglesia, en la calle Major, la comitiva se para delante la antigua posada de can Socies de Tagament. De esta casa sale la imagen de la Virgen María llevada por cuatro personas. En el encuentro, la alegría de María por la resurrección de su hijo, se ve reflejada cuando ejecuta una serie de saltos compasados en el momento en que la Banda de Música y la Coral Parroquial interpretan el Aleluya del que fue eminente músico y presbítero, el montuïrer Gabriel Miralles Pocoví. Esta tonada es conocida popularmente por la gente como el “ña, ño, ña, chim, chim, chim”. La procesión sigue su vuelta por las calles próximas a la iglesia donde finaliza. Seguidamente se hace la misa de Pascua. 

El día del Puig 
El martes siguiente es el día del Puig. Los montuïrers celebran esta Pancaritat subiendo a la ermita de la Mare de Déu de la Bona Pau. El Ayuntamiento designa un alcalde honorífico (el alcalde del Puig), atención que recae sobre un personaje destacado, singular o relacionado directamente con el oratorio. Sobre las nueve de la mañana el alcalde titular hace entrega de la vara al alcalde del Puig; después la gente inicia el recorrido desde la plaza Major con el acompañamiento de la Banda de Música hasta la salida del pueblo. La comitiva sigue por el antiguo camí Vell hasta que llega a lo alto del cerro. La primera cosa que se suele hacer al llegar es visitar a la Virgen María y comer las últimas empanadas y robiols de Pascua. Después la Banda de Música ameniza el día interpretando piezas folklóricas como jotas o boleros que invitan a bailar a los asistentes. Cerca del mediodía los montuïrers inician el retorno hacia el pueblo. 
Además de las festividades religiosas, las fiestas de Pascua siempre suelen estar acompañadas de actividades culturales y sociales. 

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PUEBLOS DE MALLORCA


Mallorca es una isla que está compuesta por varios municipios, algunos de ellos son pueblos increíbles

Los pueblos de Mallorca son una parte muy importante del encanto de la isla, ya que son los lugares perfectos para descansar y desconectar. Visitar estas pequeñas poblaciones es la mejor forma de conocer en profundidad las costumbres más arraigadas de Mallorca.


Los pueblos de Mallorca son diferentes unos de otros,

es por eso que no podemos dejar de recomendarte que visites tantos como puedas. En el norte de la isla encontrarás pequeños pueblos entre las montañas, lugares perfectos para perderse por sus callejuelas. En cambio en la parte sur encontrarás pueblos de Mallorca completamente diferentes, de pescadores y de gente de mar. Estos lugares son el sitio idóneo donde disfrutar de la deliciosa comida mallorquina frente al mar.