Actividades Culturales en Mallorca

Esta exposición presenta una mirada al fondo de la Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca, a través de una amplia y variada selección de pinturas, esculturas, dibujos, obra gráfica y tapices de la colección permanente y depósitos temporales de colecciones particulares. El montaje establece nuevos diálogos entre las obras, de manera que el conjunto ofrezca una visión del alcance de nuestros fondos y del proceso creativo mironiano.

Los últimos años de Joan Miró transcurridos en la isla son los más prolíficos de su trayectoria artística. Un tercio de su producción salió de los dos talleres mallorquines, Taller Sert y Son Boter. Tras su traslado a Mallorca en 1956, Miró comienza una etapa radical de revisión y renovación en que se cuestiona a sí mismo y reinventa su vocabulario de signos. Más que una evolución, el propio artista lo define como ruptura.

Un Miró rejuvenecido e inconformista se plantea nuevos retos y abre caminos inesperados. Su interés se centra en el proceso creativo; la imagen, no preconcebida, sólo aparece al final. El artista se deja guiar por los dictados y sugerencias de la materia. Experimenta sin miedo, descubre nuevas técnicas y lleva al límite sus posibilidades. Coloniza la tela con manchas, salpicaduras y goteos, expresión de una energía que activa toda la superficie. Se implica físicamente en la obra, a menudo trabajando en el suelo, pintando con los dedos y dejando el rastro de sus intervenciones sobre la tela acabada.

El resultado será una renovación radical de su lenguaje visual con obras de una gran fuerza expresiva, donde la violencia y el deseo de ruptura contrastan con el despojo y el silencio en su perenne deseo de traspasar los límites de la pintura. El último Miró se abandona a una forma de expresión más inmediata, al impulso del gesto y la reducción más absoluta. Es, simplemente, Miró.