Un lugar repleto de sabor y recuerdos. En el entrañable marco de una centenaria harinera artesanal, con sus molinos en perfecto estado de conservación (“Molí de sang”,”Molí de vent”, “Molí de foc”...), podrá degustar las mejores carnes cocinadas a la brasa de leña en la parrilla pionera de Mallorca
Contacto
Horario
Cómo llegar
- Salida núm. 10 carretera Palma-Llucmajor. Rotonda dirección S'Aranjassa
- Parking propio
CARTA
Nuestra selección de carnes de las mejores carnes cocinadas a la brasa de leña en la parrilla pionera de Mallorca.
Acompañadas de nuestras guarniciones, salsas y entrantes típicos junto a una amplia selección de vinos del país. También ofrecemos menús para vegetarianos y celíacos.
- Solomillo de ternera
- Picantón
- Solomillo de avestrúz
- Solomillo de cerdo
- Chuletón de ternera
- Embutidos al grill
- Conejo
- Lomo de cerdo
- Entrecote
- Costillas de cordero
- Gazapo
- Bistec de ternera
- Codornices
- Brochetas de ternera o cerdo
COCINADAS A LA BRASA DE LEÑA
PUEDES REALIZAR TU RESERVA:
aquí
La historia de Sa Farinera está intimamente ligada a la historia de Mallorca del siglo XIX. Es un claro ejemplo de la trasformación que sufrió la isla y su sociedad en los años 60 con el boom turístico. Un negocio familiar harinero que ha podido conservarse hasta nuestros días gracias a su reconversión en restaurante.
Era conocida en sus orígenes como Sa Farinera de Ca’s Xeriquet debido al apodo de su fundador Antonio Caldés Amengual, originario de Llucmajor (Molí de’n Xeriquet), como hijo de molineros, aprende el oficio de molinero, picador de muelas y “mestre de molins¨. Fue el molinero de la posesión de Sa Torre (Llucmajor) y entre sus trabajos destaca la rehabilitación de los molinos del Jonquet en Palma para la película norteamericana “Jack el Negro” protagonizada por George Sanders. Su hijo Antoni Caldés Juliá, al casarse, toma el relevo y utiliza el molino como vivienda familiar.
Hubo épocas de gran prosperidad gracias al protagonismo de las harineras en una economía básicamente agrícola y a su situación junto al Pla de Sant Jordi, zona muy productiva en aquel entonces.
También vivió los difíciles años de la guerra civil y la postguerra. Durante los cuales se controlaba la producción de grano. Las muelas de las harineras se precintaban fuera de horario aunque siempre hubo una producción de estraperlo. Por la noche, camuflados por el pinar de enfrente, se formaban largas colas de carros esperando para poder entrar a moler. Con el tiempo, aparecieron nuevas harineras, más modernas y eficaces que sustituyeron las antiguas muelas por martillos de acero inoxidable.
Llegaron los 60 con el boom turístico, Mallorca tuvo que adaptarse a las nuevas necesidades. Nuestra farinera vio nacer el aeropuerto de Son San Joan y con ello desaparecer muchos de los huertos de los alrededores ,….el negoció dejó de ser productivo. Para es padrí Toni, el molino era su vida y se resistía a tomar la decisión de cerrar y abandonar el molino, aunque parecía inevitable…
La siguiente generación supo ver otro futuro para nuestro entrañable molino, las muelas pasaron a ser mesas, la maquinaria parte de su decoración y de esta forma apareció la primera parrilla de Mallorca (1962).
Regentada por es padrí Toni llegó a ser uno de los restaurantes más populares de la época, donde los mismos clientes se cocinaban su carne. En la actualidad hemos intentado conservar el ambiente acogedor y entrañable de antaño. Nuestra parrilla sigue en marcha desde entonces y podemos presumir de nuestras excelentes carnes cocinadas a la brasa de leña.
Todo un espectáculo para los sentidos!
NUESTROS MOLINOS
Molí de sang
Llamado así porque era accionado por la fuerza de un animal, generalmente burro o asno, el cual girando alrededor del molino movía el mecanismo de las muela que convertían el trigo en harina. La existencia de estos molinos data del 1350. Este molino, de uso básicamente doméstico, era muy corriente debido al reducido coste de montaje y mantenimiento, que si bien es cierto, producían menos cantidad que los de viento, tenían la ventaja de que podían moler harina en cualquier momento.
Molí de vent
Llamados así porque utilizan la energía eólica para hacer girar sus aspas. A través de unos engranajes éstas transmiten el movimiento de rotación a las muelas donde se tritura el grano.
El municipio de Palma tenía 67 molinos harineros. La mayoría, como el nuestro, situados en Es Plà de Sant Jordi.
El molino de Sa Farinera se denominaba “de torre estreta” porque las muelas no se encuentran arriba del todo sino en un primer piso. Un largo eje comunica los engranajes de la cúpula con las muelas, permitiendo así, mediante una falsa bóveda, disminuir el diámetro de la torre y acortar el transporte del grano hasta las muelas.
Los molineros y los marineros tenían mucho en común. El oficio de molinero era uno de los más sacrificados de antaño, no solo por el trabajo en sí, sino por su dependencia constante del viento dadas las peculiares condiciones atmosféricas de Baleares. Nuestros principales vientos son: “Embat” que sopla desde el mediodía hasta la tarde desde primavera hasta otoño y “Mestral” y “Tramuntana” el resto del año. Estos últimos , más fuertes y constantes, permitían moler hasta 50 quarteres de trigo mientras que con el “Embat” no pasaban de 10. Los molineros eran buenos meteorólogos. Cuando intuían tormenta se apresuraban a desventar el molino y quitar las velas. En el “cintell” existen una serie de pilones donde amarrar las aspas
Molí de foc
Con la llegada de la revolución industrial el molino de viento dejó paso al “molí de foc”. Recibe el nombre de la fuerza que lo impulsa. El molino de “foc” de Sa Farinera figura en el registro de Industria desde 1916.
Fue en su época un exponente de modernidad pues supuso un gran ahorro de tiempo y trabajo inimaginable en aquellos tiempos al automatizar todos los sistemas de limpieza, selección y triturado de cereales que anteriormente se hacían a mano.
La fuerza motriz del “molí de foc “de Sa Farinera se genera en un motor de gasógeno, también conocido como “gas pobre”, de once toneladas. Para arrancarlo, muchos hombres se agarraban a la correa maestra y hacían girar la enorme rueda de inercia de seis toneladas al tiempo que con un molinillo manual impulsaban el gas hacia el pistón hasta que conseguían ponerlo en marcha.
El gasógeno se producía en unas calderas donde el humo resultante de la combustión de leña y cáscara de almendra era enriquecido con carbón vegetal, mojado, filtrado por unas gruesas capas de zarzaparrilla (“aritja”) para purificarlo y acumulado antes de llegar al chispero del motor que lo hacía explosionar.
El motor al girar transmite su fuerza a través de una gruesa correa de cuero a una enorme polea maestra de madera a la cual se conectan todos los artilugios, mecanismos y molinos de la farinera mediante embarrados de transmisión donde se juega con los diferentes tamaños de las poleas según la fuerza requerida. Los sacos de grano se vaciaban en una tolva subterránea y desde allí se transportaba automáticamente de una máquina a otra por medio de elevadores (desplazamiento en vertical) y tornillos sinfín (desplazamiento en horizontal).
En una primera fase estaban las máquinas destinadas a limpiar, seleccionar y preparar el grano para moler:
“Desterrosadora” o “Deschinadora" eliminaba la tierra y las pequeñas piedras e impurezas.
“Limpiacombinada” limpiaba el grano mediante el movimiento horizontal de sus distintos tamices.
“Bombo” seleccionaba el grano según su forma mediante un movimiento circular.
“Cepilladora” cepillaba el grano.
“Rociadora” daba al grano el grado de humedad adecuado.
“Satinadora” le quitaba la piel al grano. Este proceso se repetía varias veces hasta que el grano estaba en condiciones óptimas.
En una segunda fase: El grano pasaba a las muelas donde se trituraba y de ahí al torno que es un especie de gran tamiz giratorio donde la harina se cernía y clasificaba según su grosor. (harina de primera, de segunda,….).
Al final del proceso salía la corteza del grano, el salvado, usado actualmente para las harinas integrales y antiguamente como alimento para el ganado.
En los molinos de viento las muelas giraban a razón de 6 vueltas por giro de aspas y si giraban demasiado deprisa había peligro de que la harina se recalentara y quemara formando una pasta. En el “molí de foc”, a pesar de girar mucho más rápido, esto se evitaba mediante un aspirador que absorbía el aire del interior de las “risclas” y refrigeraba la molienda. Este aire era polvo de harina y solo las farineras más antiguas, como la nuestra, en vez de expulsarlo al exterior, lo reconducían al recolector de pols para su aprovechamiento. Aquí, mediante los movimientos de un enrejado sobre unas mangas hacían precipitar la harina en un recipiente para su aprovechamiento. Este mecanismo también servía para evitar que hubiera polvo de harina en suspensión en el aire ya que es inflamable.
El producto principal de Sa Farinera era la harina, sin embargo, también encontramos otros molinos para el triturado de maiz, centeno, avena... Así como molinillos específicos para fabricar leche de almendra, pimentón, peladoras de almendras, desgranadoras de maíz, seleccionadoras de cereales, estrucadoras, afiladoras, etc.